Tendré los ojos muy lejos y un cigarrillo en la boca,
El pecho dentro de un hueco y una gata medio loca.
Un escenario vacío, un libro muerto de pena,
Un dibujo destruído y la caridad ajena.
Un televisor inútil eléctrica compañía,
La radio a todo voulumen y una prisión que no es mía.
Una vejez sin temores y una vida reposada,
Ventanas muy agitadas y una cama tan inmóvil.
Y un montón de diarios apilados y una flor cuidando mi pasado
Y un rumor de voces que me gritan y un millón de manos que me aplauden
domingo, 4 de julio de 2010
Publicado por Valeria Mariana en 15:10
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